Sin embargo, cambian los tiempos, cambian las voluntades y las cualidades, lo que fue perfecto ha dejado de serlo, por razones en las que las voluntades no pueden, pero que no serían razones sin que los tiemposlas trajesen. O el tiempo. Poco importa decir cuánto tiempo fue, como importa poco describir o simplemente enunciarel estilo de mobiliario que convertiría la silla, por obra de identificación, en miembro de una familia sin duda numerosa, tanto más que , como silla, pertenece por naturaleza, a un simple subgrupo o dano colateral, nada que se aproxime, en tamaño o función, a esos robustos patriarcas que son las mesas, los armarios, los aparadores o chineros o alacenas, o las camas, de las cuales, naturalmente, es mucho más difícil caer, si no imposible, pues al levantarse de la cama cuando se parte una pierna o al echarse y resbalar en la alfombrilla, aunque partirse la pierna no sea presisamente el resultado de resbalarse en la alfombrilla.
-José Saramago-
 
 
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