lunes, 31 de diciembre de 2012
Maktub.
Te has condenado
en tu afán de olvidarme
a un constante recuerdo
de mi ser en tu vida.
¡Y mi recuerdo será tu tortura!
cuando al pasar de los años
mi nombre te avive sentimientos
que camuflaste según tu postura
con otras mentes en otros tiempos.
Cuando creas plena tu felicidad
tu mismo sendero evocará mi presencia.
Ese tormento tropezará en tus caminos
¡y cara a cara padecerás su martirio!
Entonces ¡llorarás sin consuelo!
por no haber sanado el duelo
del momento de la muerte
de quien más amó tu esencia.
Cuando la vida te demuestre
que fui lo más bueno en tu vida
¡Querrás terminar el suplicio
y perderás la cordura!
Sin tu esencia, ni tu recuerdo
mi olvido te abrazará
y sólo me encontrarás
en este verso seco
y tú quedarás en un suspiro.
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