Hoy al entrar en casa
te regalé cinco segundos de caricias
pero ahí no estabas.
No hace tanto de ti
y aún percibo tu canto
Desde entonces
tengo una sonrisa pintada
a nada de reventar
pues sólo te lloro de noche
porque ellos no lo entienden.
Son apenas unos días
y sí, aún te lloro
en paz
con sal.
Me dejas vacíos 
sin eco
sin dolor.
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario