miércoles, 5 de diciembre de 2012

Sin perturbaciones.

Hoy al entrar en casa
te regalé cinco segundos de caricias
pero ahí no estabas.

No hace tanto de ti
y aún percibo tu canto

Desde entonces
tengo una sonrisa pintada
a nada de reventar
pues sólo te lloro de noche
porque ellos no lo entienden.

Son apenas unos días
y sí, aún te lloro
en paz
con sal.

Me dejas vacíos 
sin eco
sin dolor.


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