El guinda nunca había tenido significado alguno
¡tan feo color!
Y ahora... guinda eres mi todo.
Maldito... ¡Maldito guinda!
Nunca me gustaste
debí saber las desgracias
que envolvías en tu gama.
Sal de mi vista
déjame cerrar los ojos
permiteme no encontrarte.
Maldito guinda
deja de recordame
su nombre, su cara.
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario