domingo, 12 de mayo de 2013

Manos mojadas.

Esos labios
tan carnosos
tan sabrosos
como para arrancarlos a mordidas.

Esa piel de tono amarillento
suave cual pétalo en mi rostro
para acariciarla día a día
día a noche o como ella elija.

Su cuello largo
como flecha
me guía hasta sus pechos
separados, picudos, claros.

Su sabor
me empapa
y guía mis manos a sus piernas
largas, delgadas, torneadas.

Sus piernas... sus nalgas
pequeñas y mías
... y en mis manos
en mi lengua
en mis dedos.

Su vientre tan terso
sus labios tan húmedos
su interior tan cálido
todo mi universo.

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