Una noche 
triste por tu partida
me invadió un coraje rosa
Estúpida necesidad de decirlo
"no te vayas"
... era inevitable.
Ese exhalo suplicante
me empujó a un escenario
de públicos repleto
y me vieron desnuda
expuesta
me vieron huesuda
y de ti no hubo un abrigo
ni un beso sin vergüenza
Suplicaba tu presencia 
¡pobre ilusa!
desde entonces bailo bichi
con tu cruel y despiadada ausencia.
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario