Su cariño se fue con el otoño
el invierno lo bañó de hielos
-letras congeladas, avalancha  de indiferencia-
ha sido el invierno más largo
con un destello de primavera
                                               rechazo
y un relámpago de verano
calcinó cualquier suspiro
sin palabras vanas, con la piel efímera
y entre el fuego del rayo
el predominante invierno nos apagó.
El otoño sopla en las ventanas
pero viene sin cariño, sin sus chinos
el invierno no se ha ido, ni lo hará,
a menos...
que él abriera la puerta y dejara entrar el otoño.
 
 
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