Querida Sarah:
Entiendo la culpabilidad que sientes por haber besado a tu amigo y haber perdido su amistad, y lo mal que te sientes cuando te costó tanto trabajo que funcionara como tal después de lo que pasó entre ustedes hace algunos años. Sé, sabes ¡todo mundo sabe que es de perras besar al novio de alguien más! y lo sabes porque alguna vez estuviste del otro lado, cuando tú fuiste la novia y te jugaron chueco; sabes exactamente lo que se siente y lo jodido que es. Lo malo aquí no es que te condenes al infierno por quererlo besar, total, te conocí navegando con bandera de pecadora malnacida; sino que hayas hecho lo que tanto criticas en las mujeres. Pero la cosa está hecha y arruinado ya está, debes seguir adelante sin flagelarte cada que se te presenta la oportunidad; debes perdonarte por tu arrebato, por el beso, por haber huido de él en aquel entonces y de todas esas culpabilidades que vienes arrastrando de esa relación, debes dedicar un tiempo a perdonarte, pero antes debes perdonarlo a él.
Sé que lo idolatras y que llegaste a ver en él a tu ideal de hombre perfecto, y entiendo tu interés por aferrarte a tenerlo en tu vida, porque sí, he de reconocer cuando dices que es una persona que vale la pena como ser humano, como tú dices...y más ahora que eres tan selectiva con quienes dejas entrar a tu vida, y que él es de esas personas que te hacen ser mejor persona. Por eso es importante que lo perdones para que puedas hacerlo contigo misma.
Debes perdonarlo por la dualidad de querer y no querer en la que te envolvió el año pasado, de recurrir a ti porque sabía que eras materia dispuesta y sin ningún pero. Debes perdonarlo por haber ido a tu casa esa noche, sí, por haber ido él a tu casa esa noche cuando sabía que estabas ebria y sola, porque si tantas ganas y miedo hubiera tenido de verte como amigos... lo habría hecho cualquier otro día, y en un horario decente; porque a mí, ningún amigo va y me saca de mi casa después de media noche... ¡y menos después de las tres de la mañana! ¡qué visitas son esas! justo después de haberte picado la cresta diciéndote que tenía miedo de verte porque no sabía si iba a poder resistirse a ti, justo después de que le confirmaras que tú también seguías sintiendo cosas por él pero que, como mujer decente, sí podrías resistir. Debes perdonarlo por haberte puesto en esa situación. Te conozco, y sé que habrías podido convivir con él sin ningún problema si él no hubiera puesto ese tema sobre la mesa, todas hemos estado enamoradas de un amigo imposible y no por eso somos incapaces de convivir con ellos como amigas.
Entiendo que sientas que perdiste algo ahora que él no quiere hablar contigo después de que apareció pidiéndotelo hace algunos meses, pero desde mi punto de vista no has perdido nada... te dijo que quería volver a hablar contigo y lo que sucedió fue que tú hablabas con él, le sacabas plática, le contabas tus cosas... tal y como lo podrías hacer con un diario, él no te necesitaba para hablar, él no te contó sus cosas, y ahora él no quiere ni siquiera contestarte...pues él se lo pierde, porque no es el único ser humano que vale la pena como amigo, ni él único que tiene la capacidad para retarte.
 
 
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