Hay ojos ciegos de momentos tangibles,
los puños escondidos de los niños,
la tiranía de los gatitos sin sesos
y fantasmas locos que se desvanecen.
El otoño está seco sin sus ojos,
es la vida estática en el recuerdo
y la prisa
y el pánico
y nuestras esperanzas caen como rocío,
aunque la historia grita que no volverán.
Pero aquellos que creyeron carcajearse,
los que hicieron un chorizo de esperanzas
de las tripas de un pueblito sin zapatos,
un día tendrán la misma receta:
menudo podrido y recalentado.
¡Bravo!
Precioso silencio orquestado
melodioso de marchas cautelosas,
streaming clarificador de pesadillas sin sangre,
sin sombras,
sin voces,
llenas de mentiras y títeres danzantes;
pesadillas que creemos acabadas
porque andamos con los ojos abiertos
y trozos cenizas en el llanto.
¿qué nos dejó su pendejada de protesta?
¿dónde están los amigos? ¿los vecinos?
los que no podían hacer más que gritar con pancartas
¿para qué tomaron los camiones?
¿para qué el "únete pueblo"?
¿para qué?
¿dónde quedó el ayotzi vive?
en una pared, un pancarta, una foto
en un tuit trastabillado
en la sátira de los gusanos
...la empatía también muere
muere en festivales,
en el hambre del pueblo
en mis ojos regordetes
en dos años de actos pretéritos
y mil años de pesadillas tangibles.
martes, 27 de septiembre de 2016
lunes, 19 de septiembre de 2016
485 kilómetros
Retorno sin ecos
la luna indeferente
ayer me hizo volver
huir
decisiones errantes
de un latido inconstante
era
ya no es
ni siquiera sé si fue
yo sólo sé que te vi
y el río retomó su cauce
desorden
me dejé morir
nos dejé morir
te dejé morir
¿llorar o reír?
la luna indeferente
ayer me hizo volver
huir
decisiones errantes
de un latido inconstante
era
ya no es
ni siquiera sé si fue
yo sólo sé que te vi
y el río retomó su cauce
desorden
me dejé morir
nos dejé morir
te dejé morir
¿llorar o reír?
Amapola.
Viajes de tortuga fugaz
los chismes disecados
tendedero electrónico
tus palabras de paz
y mis rocas de la ingratitud
Amapola que sana
pequeñísima cintura que cantó
los tríos mudos de tus ojos
perfumes de gardenia en extinción
Los ojos
el deseo
la prudencia
¿dónde andas amapola?
hace falta tu sonrisa
atiborra tu olor en el frío de septiembre
un corazón camina y por ti suspira
¿quién cercena el hastío de tus días?
Lindísima ama-pola
una vela enciende
guíanos el camino
déjanos encontrarte
se agotan los septiembres
...ama a pola
los chismes disecados
tendedero electrónico
tus palabras de paz
y mis rocas de la ingratitud
Amapola que sana
pequeñísima cintura que cantó
los tríos mudos de tus ojos
perfumes de gardenia en extinción
Los ojos
el deseo
la prudencia
¿dónde andas amapola?
hace falta tu sonrisa
atiborra tu olor en el frío de septiembre
un corazón camina y por ti suspira
¿quién cercena el hastío de tus días?
Lindísima ama-pola
una vela enciende
guíanos el camino
déjanos encontrarte
se agotan los septiembres
...ama a pola
lunes, 12 de septiembre de 2016
Mujer enamorada.
Decían
y yo crecí escuchando
era como un golpe
y luego una necesidad
decían
y yo crecí incrédula
el universo al rededor de ellos
y nada más existía
decían
y yo crecí sin miedos
las pupilas dilatadas hasta el pensamiento
y su imagen en cualquier recuerdo
decían
y yo crecí corriendo
y el miedo, arriesgarse y no poder huir
el riesgo de aventarse y para siempre asir
decían
y yo crecí amparando
lo neutral
lo práctico
la utilidad
decían
y yo les vi sonriendo
y el deseo de tenerle siempre a mis pies
de tener pretexto para estar siempre juntos
decían
y no tuve tiempo
y los años se fueron
y regresamos a amarnos de vez en raro
de urgencias broncas
de encuentros atrabancados
siempre estuvimos
y vaya que nos quisimos
aunque fuera de lejitos
por eso sus tapitas siguen vivas
nunca se florearon porque no les di carrilla
porque nuestro amor racionado en los años
ha gozado doce cálidos inviernos
Decían
yo no creía, y hoy sufro su partida
y no me aferro
ya no hay catálogos con ese vino
seis centímetros
y ese zurcir elegante que robó mi mirada
Decían
y al final fui como todas
una mujer enamorada de unos zapatos.
y yo crecí escuchando
era como un golpe
y luego una necesidad
decían
y yo crecí incrédula
el universo al rededor de ellos
y nada más existía
decían
y yo crecí sin miedos
las pupilas dilatadas hasta el pensamiento
y su imagen en cualquier recuerdo
decían
y yo crecí corriendo
y el miedo, arriesgarse y no poder huir
el riesgo de aventarse y para siempre asir
decían
y yo crecí amparando
lo neutral
lo práctico
la utilidad
decían
y yo les vi sonriendo
y el deseo de tenerle siempre a mis pies
de tener pretexto para estar siempre juntos
decían
y no tuve tiempo
y los años se fueron
y regresamos a amarnos de vez en raro
de urgencias broncas
de encuentros atrabancados
siempre estuvimos
y vaya que nos quisimos
aunque fuera de lejitos
por eso sus tapitas siguen vivas
nunca se florearon porque no les di carrilla
porque nuestro amor racionado en los años
ha gozado doce cálidos inviernos
Decían
yo no creía, y hoy sufro su partida
y no me aferro
ya no hay catálogos con ese vino
seis centímetros
y ese zurcir elegante que robó mi mirada
Decían
y al final fui como todas
una mujer enamorada de unos zapatos.
domingo, 11 de septiembre de 2016
Llamarada de fe.
Hace una semana frente a un altar dudé
y no supe si regresar
refugiarme en sus brazos
o seguir firme a mis demonios
lloré.
Me descubrí perdida
y las personas vinieron
a decir -no regreses
todavía somos lo mismo-
Hoy estoy yéndome de nuevo
con un cariño sembrado
no sé si me ha enamorado
pero no me extraviaré por una promesa
que a las promesas las desvanece el viento
y ya nunca regresan.
No me perdones Dios
...no me perdones..
porque ya no te lo pido.
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