Se agitan las flores,
de hartazgo los himnos
rompen mil corrales
Eunucos ardientes
tiñen violetas colinas
engolfan los logros;
con ráfagas de halagos
ensombrecen los arroyos
y el bullicio quejumbroso
ahonda las raíces.
Han de morir las aves en el vuelo
pero la muerte no apagará la vida,
el odio y la envidia
venenosas caricias musitan cobardía.
Moriremos de golpe
en las rugosas montañas,
derrumbaremos la cima
crecerán los álamos
se caerán sus ramas,
y abonarán la vida en una tierra plana
y moriremos de a poco
en la sutil llamarada,
mugirán los pastos
silbarán los bueyes
nos traerá el riachuelo
libertades soñadas.
 
 
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