viernes, 26 de diciembre de 2014

Cartas a Zam -Vol. IX - 26 de diciembre 2014

Según Timehop hace exactamente un año empecé a maquinar esto de las cartas  "aquí eligiendo un hombre para tener a quién mandarle cartas...porque eso de escribir sin amor todo el 2013... tamaño carbón" la verdad es que sí me ha servido, para extrañarte más pero también más bonito.
Le comenté a mi madre que vendrías y dijo que deberían venirse desde el 31, I miss you, everybody knows. No te he escrito porque estoy atragantándome de cosas por decir que no quiero decir ¿de qué sirve externar lo que uno siente cuando siempre las palabras resultan balas que revientan en la misma pistola?
Pero bueno, estos días he estado planteándome obligarme a hacer las cosas aunque me esté muriendo de miedo, se me está yendo la vida en la cautela de no caer en los mismos baches que antes me jodieron. Estoy bien, supongo... mis colitis son recurrentes pero cada vez más tenues; creo que en esa frase se resume todo, duele menos con el paso del tiempo, a todo se acostumbra uno.

El frío cala irremediablemente, tal y como lo había imaginado hace dos meses y lo sufro con un desconsuelo que no parecía venidero hace un mes; pero no me voy a morir de frío, ni que fuera Jack Dawson. No es que me hubiera preparado para esta temporada, pero ya no se puede padecer más que este abril en que me desgarré el alma y empecé el conteo de las 500 noches, el calor del verano fue un regalo extra que ya no necesitaba y el otoño vino como una imagen de mis sueños diarios, pero el tiro de gracia me lo dí desde abril. 
Tampoco es como que ya no esté enamorada, lo estoy y lo disfruto, me gusta sentir esto, es por eso que no tengo prisa en que se desvanezca... lo que hace el miedo: aprender a disfrutar la resignación, la muerte, y es eso de lo que no quiero hablar, total, ya llegará algún buen viento a reavivar mis llamas... porque los universos siguen moviéndose, igual el viento, igual mi alma.

Ya que el 2014 ha sido un año en que me sorprendí a mi misma cumpliendo propósitos que no creí que me atrevería y propósitos olvidados... planeo orientar los del 2015 a revertir la zona de confort de la que platicábamos anteriormente: nadar, hacer un amigo nuevo, tener un perro (sí, un perro...el cierre de mi zona de confort viene desde la muerte de Milo), volver a correr... nunca me sentí tan bien como esos meses en que estuve corriendo, y rescatar algo de aquella Rossyo sociable que en todos lados andaba. Estoy muy contenta porque en este momento no hay nada toxico en mi vida, digo, además de mí, y eso pinta para empezar a hacer bien las cosas.

Ando pobre en las palabras pero estoy segura que se están curtiendo... que todo lo está haciendo. Ya quiero verte para platicar  de la inmortalidad del cangrejo, verlos y creer tantito en el amor. Nos vemos pronto pequeño pony.


No hay comentarios: