viernes, 25 de noviembre de 2016

Astillas en las uñas.

Represiones infinitas
de gritos húmedos que corcomen la piel,
la muerte egoísta por unos besos de hiel,
no,
no regrets.

Un baño en sequedades
de arrullos entre bullicios ajenos,
siempre los mismos fragmentos 
del frío quemando entre unos brazos
y las visiones recurrentes: 
un pasado que revive 
las ausencias
los vacíos;
los besos que lo dejan a uno podrido
como aruños a una puerta clausurada...
regresando a los mismos precipicios,
los mismos encierros,
los mismos silencios.

Ficción/fricción

¿lo peor?
la reincidencia
el llanto por costumbre
porque es lo que se debe hacer.

Adentro
aquí en mi centro,
todo gira en armonía,
nada siento
nada...
tal vez he muerto
o no era el momento.

La gangrena se extendía
es normal que hoy estés vacía;
llora,
llora ingrata mía,
sé frágil, besa, rómpete,
que parezca que duele el alma
que parezca que vives todavía.

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