Suicidio en tu nombre
noches sin pretextos
sólo tu boca y ojos que dicen
-quiero-.
Voy atragantádome en tu nombre
seco
como este desierto que cuquea
y nos ata de extremo a  extremo 
la carretera.
Sigo revolcándome en tu nombre
como la gata que soy
me restriego
me niego
y maullo a tu ausencia.
Porque los gatos somos de alguien,
aunque no queramos,
sin pertenecer.
Nos gusta creernos amos libres
y luego pasamos la noche en vela
entre los techos, entre las bardas
rogándole a la luna algún regreso
buscando entre el viento un aliento
que nos acicale el corazón 
y seguir en el suicidio 
de siete vidas infinitas.
 
 
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