unas garras que acarician
y exhalé su nombre:
bestia
bestia mustia
bestia dulce
árbol silenciosamente paciente
bestia benévola
cálida alma seductora
con los pocos inundados y aullidos silenciosos
la piel convulsiona ante su flagelo
entre labios que trituran
encendiendo llamaradas de un desierto seco
carbonizando el desamparo
con cicatrices en el cielo
pálida
transparente
con sus cabellos dorados
y su mugido de bestia
que se domaba a mis letras
a mis ganas
a mis llamas
amas
 
 
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