cura la ebriedad de este vacío
brizna placentera que asfixia,
latidos que proclaman existir
van camino a los abismos.
Las rocas del infierno me desquician,
no rompas mi camino de antemano
devuélveme el abrazo,
ilumina el espacio ciego
con el traje de marzo y de diciembre.
Desvanece las fronteras de la piel,
hazme una caricia clandestina,
que si ella me oxida
la muerte será bienvenida,
lejos de abstinencia y ansiedades
detendrás la quimera
y me darás la vida eterna.
Como un relámpago impactándome
ardo, yergo eternamente.
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario