Por qué una mujer -como yo- no usa vestidos.
Me gustaría decir que fue porque un día conocí a una mujer, me hice lesbiana y como ritual estereotipado dejé de ser "femenina", pero no, la cosa reside en una necesidad de seguridad.
Toda mi infancia tuve en mi guardarropa una variedad de vestidos, shorts y pantalones; durante la adolescencia no hice distinción alguna, sólo que los vestidos me quedaban pegaditos de las caderas, los shorts se miraban más cortitos entre tanta pierna y los pantalones quedaban demasiado entallados. No soy una mujer voluptuosa, tengo un cuerpo medianamente delgado con un poco de cadera, la suficuente para que me griten cosas por la calle, me vean el trasero cuando paso caminando o mínimo me sabroseen en la mente los pobrecillos hombres que no pueden controlar su instinto animal. Aprendí a vivir con esto, nada significaba ningún riesgo, vivía con mis padres y nunca andaba en la calle sola, el cambio llegó cuando tuve que ir a la universidad.
Me fui a vivir sola y tenía que usar el transporte público, mi mamá desde pequeña me enseñó a ser guapa y nunca ser una mujer fodonga, por lo que siempre que iba a algún lado iba decente ¿qué pasó? los hombres de esa ciudad parecían animales, no podía ir a ningún lugar sin sentirme acosada por una nalgada, una seña, un gesto o una mirada en el mejor de los casos; llegó el punto en el que pasar por el taller de la esquina me daba miedo, y en que correr tramos era la mejor opción para sentirme segura. Empecé a salir con ropa holgada que disimulara mi figura y me hiciera menos atractiva a la vista de esos animales, dejé de usar vestidos y blusas de tirantes porque incrementaban las agresiones cuando salía vistiéndolos, cambié los tacones por tennis que me permitieran correr y dejé de usar accesorios que ostentaran algún asalto. Sí, asalto, me han asaltado dos veces andando "medio femenina" y una vez más me siguió un tipo que se masturbaba, también cuando vestía medianamente atractiva; apuesto a que si no me hubiera visto atractiva y delicada me hubiera evitado alguno de estos tres sustos.
Por supuesto que mi guardarropa "femenino" empezó a disminuir, pues la ropa que compraba era muy neutral, y por supuesto que mi madre puso el grito en el cielo al verme vestida de una manera tan insípida, llegó a argumentar que porque ya no me arreglaba como antes seguramente andaba en drogas, y no era para menos el cambio... aunque me gustaría más que la causa de esto fuera una droga-adicción. 
Cabe recalcar que este cambio me sirvió para reconciliarme con la mujer que realmente soy, a aceptarme sin maquillaje, a adorarme sin un push- up y a sentirme hermosa y completa sin necesidad de tacones y maquillaje, cosa que muchas mujeres aún no logran y que hasta necesitan ponerse postizos de pestañas para sentir que se ven bien. Yo lo he hecho y sé que me veo bien, pero me veo mejor con mi mirada y esa sólo se esconde detrás de unos postizos. 
Amo los vestidos, y adoro ver mis piernas con tacones, y en mi guardarropa hay bastantes de ellos, pero casi no los uso, por eso es raro que alguien me llegue a ver con ellos; los uso sólo para estar en casa, cuando sé que no voy a usar transporte público, cuando sé que voy a estar acompañada y lejos que gente que me vaya a faltar al respeto. Imagínense que se me ocurra ir caminando al OXXO con un short, no pasa nada malo ¿no? afortunadamente soy una mujer delgada pero con carne en las piernas, si voy en uno de mis shorts a una playa podría hasta parecer monja, pero aquí en las calles, que yo ande en shorts pareciera el reflejo de un minivestido en tacones caminando sola a las 3 de la madrugada queriendo levantar algún cliente, pero no, la realidad es que como estoy piernuda ... cuatro dedos arriba de la rodilla enseña demasiado, cosa que no pasaría si tuviera las piernas flacas, que no, gracias.
Lo mismo pasa en los bares, que aunque no llegan con un "muévelo más y te lo compro", el hombre evalúa, elije y ejecuta de acuerdo al outfit de la chica, lo sé porque los observo, veo cómo sacan a bailar a mis amigas dependiendo de qué tan acentuadas traigan sus curvas el vestido, y digo que los veo porque como yo generalmente voy en mi outfit conservador pues soy de lo menos concurrido, gracias a Dios.
Es entonces cuando me da coraje, ¿por qué tengo que usar ropa extraña para que me respeten? me gustaría salir con los atduendos que uso en casa sin ninguna preocupación y me da aún más coraje cuando me doy cuenta que el cambio no es suficiente. 
No ha parado a pesar se mi manera de vestir neutral, tengo miedo del drogadicto que todas las tardes me dice cosas y tengo miedo del tipo que anda en bicicleta todas las mañanas y aparte de decirme de cosas siempre sale de algún extraño rincón de mi camino.
No voy a venir a cambiar la costumbre que el machismo barato ha venido sembrando desde hace tantos años en esta sociedad, pues ha logrado que la mujer sólo se sienta mujer cuando recibe este tipo de agresiones, teniéndola inhabilitada para poder jactarse de que no es necesaria la aprobación de ningún hombre para ejercer nuestro derecho único de sentirnos hermosas a pesar de no tener unas nalgas pronunciadas, o unos pechos copa C. 
Lo único que puedo es rescatar lo que esta sociedad masculina me ha dejado y eso es una valoración independiente de la belleza femenina. Para mi ser femenina es verme desnuda al espejo y encontrarme estas caderas que tanto me encantan - y que tanto éxito con mis parejas- verme los pechos, que aunque casi inexistentes, se adecuan muy bien con mi cintura y mis clavículas; más allá del pubis, o los chamorros de mis piernas...verme las facciones con la cara lavada, y encontrarme mujer detrás de mi mirada. Somos mujeres dueñas de nosotras mismas y eso debería ser suficiente.
 
 
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