Hoy  vi  por primera vez juntos a mis dos abuelos, Celso se acercó en silencio a paso lento, iba vestido de azul, se quitó el sombrero y dejó descubierta su blanca cabellera mientras se apoyaba de ese viejo bastón gris,  miró a Pedro tan  quieto y  pacífico, como si nunca hubiera hecho objeción por construir aquella barda que les dejó tantos años de vano conflicto, él estaba vestido de una camisa blanca, con menos arrugas, con algunas canas entre su blanca cabellera, con un moreno blanco como el que nadie le había visto jamás, no sé que le habrá dicho pero un tiempo después se dio la media vuelta y desapareció del pasillo, dejando a Pedro sólo en su cajón rodeado de fotos y ramos de flores y a mi con un extraño nudo en la garganta.
 
 
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