miércoles, 7 de enero de 2015

Desesperanza.

Los ojos atienden sordos
río de lamentos cautelosos
el desborde de siniestros enterrados
aguas turbias susurran el quejido
... y bebemos como aquellos pececillos

Los árboles  contaminados no cesan sus frutos
muérdete de su manzana y el corazón desgarra
porque esas son las únicas manzanas
aunque andemos goteando el alma

y los cuerpos andan deambulando
y los ojos miran silenciosos
y las manos duelen lo que agarran
porque la pasión se fue de casa
porque el niño necesita el alimento
porque si grito son mis hijos los que pagan
y las manos duelen lo que agarran
porque no hay manera de limpiar los ríos
cuando el océano entero se ha podrido.

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